Hablar en silencio lo hacemos todos, muy a menudo, sin darnos cuenta: podemos comunicar más a través de nuestros gestos, nuestra conducta o nuestra mirada que si lo hacemos a través del habla, puesto que el significado de la palabra está más expuesto a quedar corrompido si no se corresponde con nuestros actos. Por este motivo exploro las miradas y los comportamientos de mis mujeres, busco la esencia primigenia, aquella que ningún engaño puede enmascarar, o sí.
Mujeres silenciosas de grandes ojos que a su manera también gritan, lloran, aceptan, reivindican, se evaden, aman, odian, reclaman atención, sufren, opinan, disfrutan, desean, se cuidan... y ¿por qué no decirlo? callan, porque el silencio lo puede decir todo si sabes escuchar con otros ojos.
Sean bienvenidos a compartirlo con nosotros.
